jueves, 7 de febrero de 2013

XXIV

Martes, Marzo 02, 2010

 

Amo viajar, y de algún modo he aprendido, los vuelos nocturnos pueden ser una bendición, poca gente en el aeropuerto, cero esperas en filas que se antojan interminables y por lo general los viajeros nocturnos son gente de negocios..Aja!!! Error!!! porque el día de ayer en el que en vez de llegar tres horas antes al aeropuerto llegue con solo una hora de anticipación y me dio perfecto tiempo de documentar y pasar por mi hermosa botella de Absolut Vodka ( me enfada un poco que en Costa Rica el Absolut sea escaso) además de sentarme a esperar pacientemente mientras adelantaba en mis comentarios sobre el proyecto que me tiene de viaje nuevamente cuando por mero acto reflejo atrape al vuelo un objeto de colores chillantes que al abrir mi mano descubrí era un muñeco de “Naruto” ( la historia de porque diablos se quien es Naruto esta muy relacionada con “El Mas Bello de Mis Males” y no viene a cuento ahora) y de pronto estaba frente a mi rubio, de ojos verdes y con una sonrisa escandalosa, detrás de el una mujer que dadas sus características físicas era fácil adivinar era su madre , sobre todo cuando le dijo -Milo no!- en perfecto ingles, ¿ y que paso entonces? bueno Milo pidió disculpas, lo cual yo agradecí regalándole una galleta del paquete que estaba yo comiendo..ERROR!!!! eso sirvió para que Milo se sentara junto de mi sacando otro personaje de esos de Naruto y se pusiera a jugar conmigo, para lo cual el después de unos minuto decidió que era yo muy malo con esos juegos, ya que me quito el juguete y se lo entrego a su mamá, para regresar y pedirme que le contara un cuento…en lo que su mamá insistía que me dejase en paz, yo anticipando el resultado, pensé en alguno de esos cuentos que mi padre solía contarme cuando niño..y dicho y hecho, así le comencé a contar la historia del los cuatro cantantes, un gallo, un burro, un perro y un gato que se hacen amigos….no iba yo ni a la mitad de la historia cuando nos toco abordar…pero como no tengo tanta suerte, una vez que ya habíamos despegado y las luces interiores del avión se habían apagado y yo había puesto mi asiento en posición cómoda para dormir y agradeciendo a los dioses del avión que el lugar junto a mi fuese vacío, sentí los golpecitos de un dedito en mi brazo…ahí estaba Milo reclamando el final de la historia…..y todavía no me explico yo a santo de que lo senté junto a mi, mientras que le hacia la seña a su mamá de que Milo estaba conmigo…no duro ni un minuto sentado cuando prefirió pasarse a mi regazo para el final de la historia…mismo que no escucho porque se quedo dormido, ahí en mis brazos, como si nada.

Su mamá vino por el en cuestión de minutos, y aunque Milo protesto entre sueños accedió a irse con ella.



Al aterrizar ya no vi ni a Milo ni a su mamá, y me sentí extraño de no poder despedirme de el….y mientras estoy disfrutando de la maravillosa vista del Parque La Sabana desde la ventana de las oficinas de la compañía en Costa Rica, estoy pensando que tal vez deba hablar con mi padre esta noche solo para decirle lo mucho que lo quiero.

No hay comentarios: