jueves, 17 de enero de 2013

XVIII

Miércoles, Marzo 04, 2009

 

Pues al parecer una vez mas mi imán de niños esta encendido, el día de hoy volví a tener uno de esos encuentros que dan lugar a que escriba cosas de este tipo.

Hoy mientras leía “El Viaje del Elefante” de Saramago, en el lobby del edificio donde esta mi oficina (llegue muy temprano y no me apeteció subir tan pronto) sentí la mirada inquisitiva de alguien, la verdad es que no quise averiguar de quien se trataba, así que seguí metido en los personajes del libro y su viaje de Portugal a Viena, pasando por España…cuando de pronto sentí como al lado mío el mueble recibía a otra persona, no muy pesada, ya que el asiento apenas se sumió un poco..y de pronto puso su mano en mi brazo…ahí estaba sentado junto a mi, un niño.

Debo decir que me vio con su curiosidad de unos escasos 4 años calculo yo, y no dijo nada en unos 10 segundos, lo que si es que me veía a mi y vi como veía alrededor, pensé que estaba perdido, cuando de pronto una voz femenina le dijo –ahí quédate sentado, no te cambies de lugar- mi temor se fue a la basura entonces, afortunadamente este menor venia acompañado de un adulto (aparentemente) responsable. Y el comenzó entonces la platica, mas bien el interrogatorio
-tu vives aquí-
-no, aquí trabajo-
-mi mama también trabaja aquí, pero como hoy estoy enfermo me va llevar a la casa-
-ah!-
-tengo calentura- (lo dijo mientras se ponía la mano en la frente con una cara de afligido que me hizo sonreír)
Y de pronto soltó la pregunta, una de esas que solo los niños pueden hacer, una de esas que los adultos no sabemos responder (o al menos este adulto no)
-¿porque tu eres el único que se ríe?-
De verdad que no entendí a que se refería con esa pregunta, y el lo noto en la expresión de mi cara, ya que agrego:
- tu eres el único de toda la gente que esta aquí que se ríe,¿ tu estas contento?-
Entonces llego su mama, lo tomo del brazo, se lo llevo y alcancé a escuchar cuando le decía una adultez como – te dije que aquí tienes que estar serio-


Y fue donde recapitule que si, muy seguramente estaba sonriendo, el libro me esta gustando mucho y seguro sonrío mientras lo leo, estoy contento en mi trabajo y seguramente sonrío mientras llego a la oficina, por si fuese poco la ternura e inteligencia de un niño una vez mas me hizo sonreír, así que ahora estoy seguro que mal portado como suelo ser, sonrío en un lugar en el que se supone uno debería estar serio.

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